Es difícil
aconsejar como debe ser tratado un niño que sufra alteraciones en el lenguaje.
Pero es necesario comprender que, para la total recuperación de estos
problemas, es indispensable la participación de todas las personas cercanas al
niño.
Durante
la primera infancia, la familia y el maestro forman un todo indispensable
dentro de la actividad cotidiana del niño. Especialmente el maestro debe
preocuparse principalmente por dos aspectos:
1º Saber
detectar a tiempo lo que pueda ser un posible problema.
2º
Diferenciarlo de lo que no lo sea.
Si la coordinación
entre el equipo de especialistas, la familia y la escuela es mala, el problema
podría empeorar. Por ello existen algunos criterios importantes a seguir ante
casos de retraso o problemas del lenguaje:
·
No llamar nunca la atención sobre su defecto.
·
No tratar de corregirlo reiteradamente.
·
Si el niño no se ha percatado, hacer celo ver a sus padres.
·
Evitar que sea otro niño el que le dé la noticia de su problema.
·
Disminuir en lo posible las correcciones y castigos sin caer en la sobreprotección
·
Tener paciencia al escucharlos y no corregirles a cada momento.
·
Vigilar el modo de escritura y habilidad de ambas manos.
·
Observar la actitud de sus compañeros de clase.
·
Evitar, en la medida de lo posible, la exposición oral en clase.
·
No caer en el error de alarmarse cuando el niño no pronuncia bien un
fonema en lengua extranjera.
·
Contacto constante con padres y profesionales por parte del docente
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