Los padres con mayor nivel educativo dan de comer a sus hijos menos grasa y azúcar
En el estudio
han participado casi 15.000 niños entre dos y nueve años de edad
El nivel de
estudios de los progenitores influye en la frecuencia con la que sus hijos
toman alimentos relacionados con la obesidad. Los niños de padres con bajo y
medio nivel educativo comen menos verduras, frutas y más productos procesados y
bebidas azucaradas.
Los niños de
padres con bajo y medio nivel educativo comen menos verduras, frutas.
Un grupo
internacional de expertos de ocho países europeos ha analizado si existe alguna
relación entre el nivel educativo de los padres y la frecuencia con la que sus
niños consumen alimentos vinculados con el sobrepeso.
El estudio Identificación
y prevención de los efectos sobre la salud inducidos por la dieta y el estilo
de vida en niños (IDEFICS, por sus siglas en inglés) incluye datos de
14.426 niños de entre dos y nueve años procedentes de ocho países europeos:
Italia, Estonia, Chipre, Bélgica, Suecia, Hungría, Alemania y España.
Los resultados,
publicados en la revista Public Health Nutrition, confirman que los
padres con menos estudios dan a sus hijos alimentos ricos en azúcares y grasas
más frecuentemente que los que poseen un nivel educativo superior, que dan de
comer a sus niños más productos de alta calidad nutricional, como verduras,
frutas, pasta, arroz y pan integral.
“Las mayores
diferencias entre familias de distintos niveles educativos se observaron en el
consumo de frutas, verduras y bebidas azucaradas”, explica a SINC Juan Miguel
Fernández Alvira, autor del trabajo e investigador de la Universidad de
Zaragoza.
Para los
autores, esto resulta en un mayor riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad en
los niños procedentes de estratos socioculturales menos favorecidos.
“Los programas
de prevención de la obesidad infantil a través de la promoción de una
alimentación saludable deberían abordar de manera especial y específica
aquellos grupos socioeconómicamente desfavorecidos, con el objetivo de
minimizar las desigualdades de salud”, concluye Fernández Alvira.
Nutrición en los niños
La infancia –de
los dos a los catorce años– es un periodo de crecimiento en el que aumentan las
exigencias de energía y nutrientes. Sin embargo, la Organización Mundial de la
Salud alerta de la importancia de controlar la alimentación de los más
pequeños, puesto que alrededor de 40 millones de niños menores de cinco años
tenían sobrepeso en 2010.
En realidad, las
recomendaciones para los niños mayores de dos años no son muy diferentes de las
que se aplican a los adultos. Se deben incluir en su dieta cereales, frutas y
verduras, productos lácteos, carnes magras, pescado, aves, huevos y frutos
secos.
Los dietistas y
nutricionistas recomiendan a los padres que ofrezcan una amplia variedad de
alimentos y que eviten usar la comida como un método para premiar o castigar un
comportamiento. Los expertos creen que a estas edades ya se puede decidir qué
porción tomar, siempre y cuando los alimentos sean sanos y nutritivos.
Referencia bibliográfica:
Juan Miguel
Fernández-Alvira, Theodora Mouratidou, Karin Bammann, Antje Hebestreit,
Gianvincenzo Barba, Sabina Sieri, Lucia Reisch, Gabriele Eiben, Charalampos
Hadjigeorgiou, Eva Kovacs, Inge Huybrechts y Luis A Moreno. IDEFICS Consortium. “Parental education and frequency of food consumption
in European children: the IDEFICS study”. Public Health Nutrition: 16(3), marzo de 2013: 487–498
doi:10.1017/S136898001200290X.
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