La educación emocional, es uno de los propósitos más importantes
que se intentan desarrollar desde el ámbito educativo y que se extiende a todas
las áreas de la vida. Siempre ha estado presente en nuestra educación, aunque
también es cierto que no siempre se ha profundizado en el conocimiento y
dominio de nuestras emociones.
Generalmente desde la escuela se ha priorizado el conocimiento,
el saber y dominar datos, pero se ha dejado de lado el conocimiento de la
persona. Ello ha sido un error que ahora podemos solventar, ya que es necesario
reflexionar sobre las emociones y sentimientos para poder conocernos como
personas, para poder evaluar nuestro estado de ánimo y para conocer la forma
correcta de hacer frente a esos sentimientos o emociones cuando nos perjudican.
¿Qué objetivos deberíamos proponernos para ayudar a nuestros
niños/as a desarrollar la inteligencia emocional?
-Ayudar a los niños/as a desarrollar una alta autoestima y
autonomía emocional.
-Enseñarles a expresar emociones.
-Enseñarles a regular y gestionar sus emociones.
- Enseñarles a reconocer las emociones de los demás.
-Enseñarles a relacionarse de forma asertiva con los demás.
- Enseñarles a mostrar empatía.
- Enseñarles a cooperar.
-Enseñarles a buscar el bienestar por si mismos y para los demás.
- Elaborar un plan de mejora.
Es importante tener en cuenta que para poder enseñar algo,
primero se ha de conocer y dominar, por ello es preferible que empecemos
conociendo nuestros sentimientos y emociones, solo de esta forma seremos
capaces de orientar a los niños/as, para ello debemos entrenarnos, leer
acerca del tema, y realizar ejercicios de autoconocimiento.
Todo es práctica y voluntad.
Todo es práctica y voluntad.
Clara Lapeña Abadia
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